jueves, 31 de marzo de 2011

No hay dos sin tres. Siberet FS 3-1 Café Pub Coffee

El partido se presentaba con una consigna clara: cada punto es oro, el final de la competición se acerca y cada balón, cada pase, cada entrada, cada tiro... puede ser decisivo para el objetivo de la permanencia. Los ánimos tras las dos anteriores victorias consecutivas ayudaban a que el ánimo del Siberet FS fuese máximo antes de medirse al Café Pub Coffee.

Y a fe que los jugadores amarillos consiguieron canalizar de la forma adecuada esas sensaciones. El pitido inicial daba paso a unos primeros minutos de dominio del Siberet, que llegaba con comodidad a la portería rival y se permitía disfrutar del mismo confort cuando la posesión caía en los pies del cuadro blanquiazul. Poco a poco el Coffee se iba desperezando, pero esa pérdida de dominio del Siberet no era sino la calma que precede a la tormenta. Fran, en una gran acción, anotaba un golazo que ponía por delante a los amarillos e insuflaba más ánimos si cabe en el plantel. A continuación, un despeje de Óscar que pretendía alejar el peligro, desde el medio del campo, introdujo el balón en la portería rival tras despistar al portero con la presión de Manel y el típico bote traicionero. Precisamente, el ariete de O Milladoiro estrenaba minutos después su cuenta personal esta temporada con un trallazo esquinado que se coló sin ningún miramiento en la portería del Coffee. 3-0 y la victoria más cerca.

Al descanso, el Siberet se mentalizó de que era clave dormir el partido y aguantar las embestidas rivales. Dominó el Coffee en el segundo parcial, cuyo fruto se tradujo en el 3-1 y en una serie de ocasiones bien resueltas por la defensa amarilla y por la enésima exhibición de Cristian bajo los palos. Con todo, el Siberet también tuvo la opción de ampliar el marcador, pero el destino había decidido que tres goles eran suficientes. Y lo fueron. El partido languideció y las huestes siberetescas volvían a saborear, por tercera ocasión consecutiva, las mieles de la victoria.

Con esto, la clasificación se comprime más. Los playoffs siguen al alcance, pero antes habrá que asegurar la permanencia en la categoría. Muchos boletos se venderán en el próximo Siberet FS-Restaurante Tamara, que puede resultar decisivo.

jueves, 3 de marzo de 2011

¡¡¡MACHADA!!! ¡El Síberet vence al líder!

¡Continuamos reescribiendo la Historia! Parece que en el Síberet F.S. nos hemos abonado a la Épica. La segunda victoria consecutiva ha conseguido borrar los fantasmas de la mediocre primera vuelta y ha insuflado al equipo dos bombonas extra de oxígeno e ilusión.

Si la semana pasada lográbamos nuestra primera victoria -en la cancha- de la temporada ante una de nuestras bestias negras -Imprenta Arigraf A Grella, 3-5-, esta vez le tocó el turno a flamante líder, Don Budi, conjunto plagado de excepcionales peloteros que hace de la táctica del portero-jugador un arte y un recurso más.

Maltratados por la bajas como estábamos -lo mismo ocurrió la semana pasada-, sin Óscar ni Héctor por lesión, ni Xoán y Ger por asuntos propios, afrontamos el partido con la ilusión del que sabe que no tiene nada que perder, pero sí mucho que ganar. Hicimos nuestro el encuentro desde el pitido inicial, acariciando el balón, adueñándonos de él y presionando la salida del equipo rival. Pronto se evidenció su táctica: saque en largo del portero al pívot. Adoptaron esta decisión al recibir un par de sustos gracias a la asfixiante presión que imprimíamos. Físicamente en cada partido nos encontramos mejor, y eso lo vamos notando. También lo notan nuestros rivales.

Pronto llegaría el primer gol del partido, fruto de una jugada de estrategia en un libre indirecto. El encargado de ajusticiar fue Diego, que descargó su furia en uno de sus conocidos cañonazos. Manel, en medio de la trayectoria del balón, acertó a abrir las piernas para que el misil encontrase su objetivo al abrigo de las mallas.

El empate del rival no se hizo esperar. Quizás fueron los momentos de más peligro hacia nuestro arco. Aunque le teníamos cogida la medida lograron incluso voltear el marcador y ponerse 1-2 al descanso. Sabíamos que nadie nos iba a regalar nada. La actuación arbitral estaba siendo nefasta, una vez más. Iván fue víctima de un penalti clarísimo que el colegiado vio pero no quiso señalar. Varias faltas evidentes cayeron de la misma forma al limbo. En estas llegó el 1-3.

Lejos de deprimirnos y caer en un estado de apatía hicimos de nuestra rabia un escudo y salimos a por todas. Un jugadón de Fran por banda izquierda fue culminada por Iván para recortar distancias y meter el miedo en el cuerpo al rival. En una de las jugadas posteriores el Síberet volvía a ser víctima de un error arbitral: Adrián era derribado en el área cuando se encontraba en disposición de empujar el balón a gol. El árbitro no señaló nada. Este hecho espoleó todavía más al equipo, que comenzó a atacar en tromba. Solo podían pararnos con faltas, y en una de ellas llegaría el empate a 3. Justo, con la diestra, colaba el esférico por el único hueco libre entre barrera y portero. El Balón de Oro de Negreira, aquejado por una durísima gripe las horas previas, estaba preparado para la remontada. Y llegó. En uno de sus famosos slaloms, Adrián cruzó el balón desde la izquierda batiendo la portería del Don Budi, a falta de 4 minutos para el final.

Tocaba defender. El rival acentuó la táctica de portero-jugador pero una lección en defensa -y en portería, soberbio Christian, una vez más- impidió que lo conseguido con justicia se estropease por mala suerte. Cada uno defendió a su par como si le fuera la vida en ello. Justo tuvo en sus botas acrecentar la goleada con varios lanzamientos desde campo propio tras pérdida del balón del portero atacante, pero el destino tenía preparado el gol del partido para el último minuto. De nuevo de falta, esta vez con la zurda de oro, zurda divina, zurda forjada en los potreros de A Rocha Vella, infravalorada en el Lobelle y recuperada en el Amio. Esa zurda rubricó con letras de oro y luego de un soberbio puntapié en otro libre indirecto una nueva victoria para el Síberet.

5-3, y no hay límites...

Uno de los últimos entrenamientos del Síberet. ¡Reina el humor y el buen rollo!